"Caerse está permitido,levantarse es una obligacion"

lunes, 26 de mayo de 2008

"El Infierno del Norte" 2ª edicion



II Marcha los Diezmildelsoplao 2008

Os pongo unos enlaces a unos videos que ha colgado la organizacion de la marcha:

http://es.youtube.com/watch?v=KdIdGPufvcc&feature=related

http://es.youtube.com/watch?v=glHCUki9cmc&feature=related

http://es.youtube.com/watch?v=Qck1cNEnB6A&feature=related

http://es.youtube.com/watch?v=DMz8l1S0rNI&feature=related

http://es.youtube.com/watch?v=YfGgRwESZ9Y&feature=related

Prueba conseguida,todo el año preparando esta prueba y ha merecido la pena.
Segunda incursion en el soplao y otra edicion epica.
La idea era repetir la marcha este año para poder disfrutar de los esplendidos valles y montañas cantabras asi como de unas vistas desde el Moral y Palombera que se intuian espectaculares.
Pues la cosa no pintaba nada bien el viernes en Cabezon.Alli me junte con el resto de la expedicion pucelana y llovia como lo había hecho el resto de la semana.



Sabado 06:30 a.m. me levanto y disparado a la ventana…no llueve…ya es algo,eso si el cielo lleno de nubes amenazantes.
Salimos puntuales a las 08:00 y sigue sin llover,no obstante nuestra alegria dura poco y ya antes del primer avituallamiento de Caviedes llueve copiosamente.
Afrontamos ,ya mojados ,el espeso y pegajoso barro de La Cocina y la primera subida hasta el avituallamiento del Soplao.Esta vez aunque mojado disfruto de las vistas desde el aparcamiento e incluso me atrevo a tirar unas fotos.



Abrigarse y bajada embarrada y peligrosa hacia Puente Nansa,alli nos espera el famoso cruze del rio y sorpresa…nos han preparado una pasarela para badear el rio(ver fotos).


De alli nos dirijimos ya con mejor animo ya que a parado de llover y hasta salen rayos de sol,a afrontar las temibles rampas de Monte Aa alguna hasta de un 23%.Una vez superada esta cota nos dirigimos a por el bocadillo en el avituallamiento de Casa del Monte.Esta vez me como un par de bocatas sentadito y cómodo esperando con impaciencia afrontar la subida al Moral.Esto ya tiene otra pinta caen chubascos esporádicos y tenemos hasta ratos de sol.


Con ánimos renovados afrontamos los 11 km de subida,consigo mantener un ritmo cómodo siempre pensando en lo que queda y dosificando esfuerzos.Esta subida se hace eterna y además esta vez a diferencia del año pasado se veía lo que quedaba asi que hay que tener cuidado con el coco y no darle muchas vueltas.



Una vez superado el Moral comienzo la bajada hacia Barcena.En la bajada me cruzo con los primeros que ya vienen de vuelta .Yo sigo por mi derecha bajando y a la salida de una curva me topo de frente con un coche,me lio y para esquivarlo derrapo y me voy al suelo.Golpe en la rodilla y el brazo…reviso bici y todo bien …reviso rodilla y aunque hinchada y sangrando por el rasponazo parece que responde bien.
Sigo bajando eso si algo mas precavido y con miedo por cual será la respuesta de la rodilla.
Con esas paso por Barcena y afronto la subida a Cruz de Fuentes,bien de fuerzas pero pendiente del golpe.


Eso se acaba a mitad de subida disfruto de la subida y la rodilla ya ni la siento,según se van acercando las ultimas rampas de Cruz de Fuentes el animo aumenta y el tiempo acompaña.
Llega el momeno de salir a la carretera y coronar Palombera,entonces se produce el momento mas emotivo para mí.Me vienen a la memoria los terribles momentos que afronté el año pasado debido a la tiritona y mojadura que me obligaron a parar el la Venta de Tajahierro.Sin embargo ahora tras coronar Palombera y afrontar el descenso cómodo no pude evitar unas lagrimas de emocion.
En el avituallamiento de Palombera se volvió a reflejar,como en todos los anteriores,la amabilidad y el aguante de la gente de la organización.Chocolatito caliente y engrase de cadena…casi nada en medio de la nada.
Hablando de chocolate…tocó patear entre niebla y sobre barro en Venta Vieja.Pero daba igual sabiendo que solo quedaba bajar para afontar la ultima subida por Juzmeana,se hacia lo que hiciera falta.



En la bajada hacia el avituallamiento de Juzmeana otra sorpresa ,en Colsa un lavado de cadena y engrase a cargo de la organización…otro diez para los del soplao.
En el avituallamiento ya con la vista puesta en Cabezon,y tras un café con orujo…ya no digo nada mas de esta gente porque son la ostia…me dirijo a por las ultimas rampas del dia.Una vez coronado el Moral bajada vertiginosa entre niebla y agua hacia Ucieda.Desde alli a 40 km/hora ya como una flecha y con una emoción desorbitada me dirijo a la meta.



Llegada tras 13 horas 28 minutos y el corazón a 200 pulsaciones de alegria y emoción …Balbino 2-Soplao 0.



A todo aquel que le gusten las marchas no debe de dejar pasar la oportunidad de vivir esta experiencia la acabe o no es lo de menos.La gente que se encarga de organizar este evento es especial y el recorrido es impresionante…ambas cosas unidas dan como resultado algo épico "El Infierno del Norte" que te hace sentir en el paraiso.
Mi enhorabuena a todos los que participaron y a los que aún no lo han hecho…animaros para el 2009.

viernes, 9 de mayo de 2008

Astures en la Guerra de la Independencia










Según figura en el http://www.elcomerciodigital.com/ de hoy los edificios de la Mancomunidad del Cabo Peñas(Candas y Luanco) lucirán el emblema del Regimiento Candas y Luanco que luchó en la Guerra de la Independencia.



Creo interesante hacerme eco de un articulo publicado en otro diario asturiano La Nueva España http://www.lne.es/ el dia 27 /04/08 :





"España conmemora el próximo viernes, 2 de mayo, el segundo centenario de la invasión francesa y el comienzo de la guerra de la Independencia. Una contienda en la que Asturias tuvo un gran protagonismo, ansiosa por «jugarse la vida en una partida».Y Carreño también.


Dos acontecimientos marcaron el devenir de la guerra para los locales de forma muy singular: la creación y honrosa participación del Regimiento de Candás y Luanco en la batalla y la entrada de 4.000 franceses armados y, aún peor, hambrientos en la villa candasina.


La documentación sobre la singladura de Carreño a lo largo de los años que duró la guerra de la Independencia es abundante, recogida mayormente en el Archivo Histórico Municipal y en los diferentes archivos parroquiales. Además, numerosas obras de carácter general han arrojado luz sobre los acontecimientos referidos al concejo y, sobre todo, al regimiento que llevaba el nombre de su capital y de la población vecina. Destaca uno dedicado especialmente a los avatares de la contienda en los límites de la comarca a cargo del recordado Marino Busto, quien fuera cronista oficial de Carreño, que lleva el romance implícito desde su título: «Historia heroica de Carreño en la guerra de la Independencia».





Las «casacas gabachas»





Entre los acontecimientos que les tocaron vivir a las gentes de Carreño destacó la entrada de 4.000 franceses en la villa de Candás, el 21 de mayo de 1809. Tal cantidad de «casacas gabachas» sobre la villa marinera se debió al paso de los regimientos 25 y 27 de Infantería y Caballería por la costa de Peñas, con 2.000 hombres cada uno. De ello da cuenta el Juez Noble -denominación antigua del alcalde local, don Juan del Busto Valdés- en un acta dirigida al presidente de la Junta de Armamento de Asturias el 29 de junio de 1809.


Según describe Del Busto, los franceses se dividieron al entrar en Candás. Mientras que el regimiento número 27 se quedó en la villa, el 25 la abandonó, para dirigirse a la vecina Luanco. Nada más llegar los invasores ocuparon las camas de los candasinos para descansar y se hicieron con facilidad de sus aprovisionamientos de carnes, pan o leña.


Los franceses no encontraron resistencia a su entrada, ya que el Regimiento de Candás y Luanco se encontraba más allá de las fronteras municipales, donde decidió la patria española llevarlos. Además, el sitio estratégico de Candás permaneció desguarnecido a la llegada de las tropas de Bonaparte, debido a que a comienzos del siglo XIX fueron retiradas de la villa las fuerzas militares del polvorín local y las guardias sobre las baterías de San Antonio, que luego fueron ocupadas por el paisanaje sin éxito, ya con la guerra comenzada. Los franceses cercenaron cualquier posibilidad de insurrección por parte de los locales, lanzando al mar las 200 armas que se estima, según la documentación existente, que se encontraban en la villa, así como los cañones que se hallaban en el alto de San Antonio, frente al mar.


Estos cañones, recuperados, apuntan hoy en día amenazantes, aunque inofensivos, a un mar que hace doscientos años fue escenario del paso de los navíos franceses y también ingleses. Durante el tiempo que duró la defensa inglesa en apoyo de la flota española de la costa carreñense, el pueblo disfrutó -espabilado, como es el caso de Carreño- de unos pocos días de faena en la mar. Los marineros candasinos se sentían seguros con la presencia de los navíos ingleses, lo que aprovechaban para desarrollar la más ancestral de las labores del lugar: la pesca.


Para Marino Busto no cabe ninguna duda de que al paso de los franceses por la capital de Carreño le es justa la leyenda negra que sobre ello se ha escrito: «Las personas de más edad solamente recordaban oscuras noticias, difuminadas e inconcretas, sobre las fechorías cometidas por los franceses, que habían arruinado a los labradores y empobrecido el concejo». La población del concejo las sufrió no sin desesperación, y, como recuerdan las actas parroquiales, la iglesia de San Félix tocó a rebato varias veces, ante el temor de la presencia de las tropas extranjeras en el lugar.



Hambruna



Y es que el pueblo sufrió duramente la ocupación extranjera. Si bien se tiene constancia de algún ajusticiamiento esporádico entre los locales, fue la hambruna la que se cebó con los candasinos y la que sumió a la villa marinera en la más absoluta pobreza. Todo ello al margen de crímenes, robos e incluso violaciones por parte de los de Bonaparte. Mientras se imploraba al Cristo de Candás por el éxito de las armas del Ejército, los franceses se llevaban al cuartel de Gijón el tesoro del «Camerín».

Y, entre tanto, el Regimiento de Candás y Luanco, también conocido como «División de Carreño», formado en su mayoría por voluntarios y, dicen, «obligados» de ambas localidades, dejaba, a tenor de los historiadores, en muy buen lugar el nombre de sus orígenes, defendiendo a la nación en crueles batallas como la de Espinosa de los Monteros, en Burgos, donde perecieron más de 300 de los 400 soldados que la integraban. Fue en noviembre de 1808.

La bandera de este regimiento, convertido posteriormente en símbolo del orgullo del pueblo carreñense, fue aclamada en Candás un 23 de junio de 1816, una vez los franceses fueron expulsados más allá de los Pirineos. La enseña, raída y ensangrentada por todos los avatares que había padecido, fue paseada por las calles de la villa hasta encontrar descanso a los pies del Santísimo Cristo de Candás, que finalmente había escuchado las plegarias de sus fieles candasinos."